miércoles, 21 de diciembre de 2016

El cambio que estaba esperando...

Como siempre... hace mucho que no escribo, pero no me olvido de mi blog; solo que mi vida es un sube y baja de emociones, sentimientos y experiencias.

¿El cambio que estaba esperando? ¿Quien? ¡Pues yo, alma de cántaro! - Después de tres años viviendo en Oslo, capital de la "civilización", una de las ciudades mas "eco-friendly" del mundo, con mezcla de culturas casi sin igual, etc... He de decir y reafirmar lo que ya pensaba: No me gusta.

En Oslo la gente va a su bola, en el tren la gente casi ni se mira, en la calle igual... el del supermercado pasa las cosas por la cinta, te cobra y a veces no te dice ni adiós. El tráfico es un infierno, no sé de dónde salen tantos coches en una ciudad con poco mas de 600.000 habitantes; ver yonkis por las calles es algo habitual desde que en 2013/2014 (No recuerdo) les hiciesen abandonar la zona donde se concentraban (Bien hecho chicos, ahora están desperdigados por toda la ciudad).

Supongo que a la frustración que me provocaba mi trabajo, se le sumaba el de una ciudad mal organizada (Semáforos que se abren mas tiempo para el cruce menos transitado, semáforos cada 10 metros que se te ponen en rojo, tranvías por en medio de la ciudad, etc) y han creado dentro de mi un asco irracional a esa ciudad y su gente.

Ahora vivo en una ciudad mucho mas pequeña, poco mas de 40.000 habitantes, donde las horas punta son 15-20 minutos de retraso máximo en atascos. La gente se saluda, el chico del supermercado te da los buenos días, te mira y te sonríe... Vivo en una ciudad en la que, llevando tan solo un mes, mi coche me dejó tirado en la puerta del supermercado y no quería arrancar; estaba a punto de llamar a la grúa cuando un señor noruego, con su hijo en el coche y un montón de bolsas de la compra, me preguntó si necesitaba ayuda, que llevaba los cables de la batería en el maletero y podía probar a arrancarlo. Eso... eso me pasa en Oslo, y me toca llamar a la grúa, esperar que pase el atasco y poder llegar hasta a mi, pagar el susodicho extra del seguro, etc, etc, etc...

Pero no de todo eso vive la gente, no es solo lo que me hace más feliz y tranquilo; me vine aquí porque encontré un trabajo mejor. En mi empresa, desde el mas reciente hasta el mas veterano, incluyendo los jefes, son todos iguales. Todos nos tuteamos, todos nos hablamos de todo y nos ayudamos mutuamente; mis compañeros me ayudan a mejorar el idioma y me apoyan cuando me topo con algún cliente racista. Mi jefe se acerca periódicamente a mi puesto en la oficina y me pregunta: ¿Qué tal? ¿Todo bien? ¿La casa? ¿Tu perra? ¿El curso de noruego?. Y siempre se va diciéndome: Cuando necesites algo, habla conmigo y buscamos soluciones. Me siento tan seguro en éste trabajo, y me hacen sentir tan bien en mi día a día, que 8 horas se pasan volando. En mi anterior curro jamás llegue a conocer a mi jefe, solo a mi supervisor, y trabajaba solo 6-8 horas al día 6-7 días a la semana y se me hacían como 12 horas seguidas de largo que se hacían los días.

¿Por qué ésta diferencia? ¿Es porque la anterior empresa era de Oslo y ésta de una ciudad pequeña? ¿Tuve toda la mala suerte de caer en un mal sitio cuando vivía en Oslo? - Yo no tengo ni idea, y desde el completo desconocimiento os diré que culpo a la ciudad, a Oslo, de que la gente que allí hay sea así. ¿Puede ser que mi carácter andaluz sea mas abierto que lo que la ciudadanía de Oslo me puede proporcionar a mi?

Ahora os pregunto a vosotros, almas de cántaro, que me leéis. ¿Habéis tenido esa sensación al cambiar de ciudad? Aunque sea dentro de España... o de vuestro país de procedencia. ¿Creéis que esa "mente colectiva" de una ciudad puede afectar a la gente, y llevar el ámbito laboral a ser perjudicial para según que tipo de personas?


3 comentarios:

  1. Hola te felicito por tu nuevo trabajo, me identifico con tu pregunta si eso me pasó cuando emigre de mi país a Madrid , ahora estoy igual que tu en búsqueda de emigrar a Noruega gracias por compartir tu experiencia :-)

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  2. Hola feliz 2017 yo cambié madrid por Pontevedra un cambio tremendo el ocio es diferente pero también e cambiado con dos hijos. La gente yo creo que hay de todo en ciudades o pueblos

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  3. Hola, sería imteresante saber dónde te cambiaste. La verdad me lo estoy pensando también...o sea irme de Oslo. Me pasa lo mismo!!!

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